CRISTÓBAL SENRA MORALES
NOTICIAS SOBRE LA VIDA DE MI BISABUELO PATERNO PATERNO, FAMILIARES MÁS CERCANOS Y SU TRÁGICA MUERTE
Cinco años antes del nacimiento de mi bisabuela paterna paterna, Ana Hernández Albero la esposa de Cristóbal, nació una hermana suya llamada Manuela.
Los datos del Registro Civil Número 307 de la parroquia de Santiago dicen:
SEVILLA.= Nacimiento de una niña llamada Manuela, el día veinte y ocho de Enero de 1849, á la hora de las cuatro de la mañana, en la calle de Santiago, num. diez y siete.
La profesión del padre, Miguel Hernández, es la de Albañil en esta inscripción y los lugares de nacimiento de los abuelos son distintos dándole yo mayor credibilidad a los que aparecen en el de Ana (el siguiente). El nombre de la madre es María Albero.
Loa abuelos paternos Miguel Hernández y María Encarnación Pérez y los maternos José Alvero y Manuela Carrasco.
Se bautiza en la parroquia de Santiago y firma y rubrica este asiento el D.r D.n Juan Frn.co Muñoz […] cura.
Mi bisabuela paterna paterna, la esposa de Cristóbal, se llamaba Ana Hernández Albero.
Por los datos que aparecen en el nº 50 del Registro Civil de San Bartolomé, sabemos que nació a las diez de la noche del día 6 de abril de 1854, en el número 17 de la calle San Jerónimo. La calle de este nombre era la continuación de la calle San Clemente en el ámbito de la parroquia de San Bartolomé.
Hija de Miguel Hernández Pérez, Maestro Alarife, natural de Sevilla y de María Albero Carrasco, natural de la Villa de los Dolores, provincia de Valencia.
Sus abuelos paternos fueron Miguel, natural de Priego, provincia de Córdoba y María Encarnación, natural de Sevilla.
Y los maternos José, de la Parroquia de San Miguel en Valencia y Manuela, de la citada Villa de los Dolores.
Fue bautizada el día 10 de abril en la parroquia de San Bartolomé por el cura Antonio de Santa Marina.
Seis años después del nacimiento de Cristóbal, vino a este mundo su hermano Manuel.
Los datos del Registro Civil Número 172 de la parroquia de San Nicolás dicen:
SEVILLA.= Nacimiento de un niño llamado Manuel, el día diez y seis de Abril de mil ochocientos cincuenta y ocho, á la hora de las cuatro de la tarde, en la calle de las Vírgenes, num. siete.
Hijo de Francisco, de profesión zapatero, y de María Dolores, ambos naturales de Sevilla.
Abuelos paternos: Jose Senrra y Ana Armanza, ambos naturales de Sevilla.
Abuelos maternos: Antonio Morales y Ana Gandul, ambos naturales de Sevilla.
Se bautiza en la parroquia de San Nicolás el día 18 del mismo mes y año y firma y rubrica este asiento D.n Manuel Caivano cura.
En 1871 nace una sobrina de Cristóbal, hija de su hermano José.
Los datos del Registro Civil Número 673 de la parroquia de San Isidoro dicen:
El día 6 de Setiembre de mil ochocientos 71 á las cinco de la tarde
nació en la calle Candilejo casa núm. seis perteneciente á esta feligresía M.a de los Dolores, Segunda, Josefa, Angustias hijo de D. José Senra y de Doña Angustias Fernandez naturales el primero de Sevilla Provincia de id. y la segunda de Fuentes de Andalucía Provincia de Sevilla.
Abuelos paternos: Francisco Senra y Dolores Morales, naturales de Sevilla.
Abuelos maternos: Joaquín Fernández y Dolores Escobar, ambos naturales de Fuente de Andalucía, Sevilla.
Padrinos: Manuel Palma y María Fernández, casados en San Julián.
Se bautiza en la parroquia de San Isidoro el día 10 del mismo mes y año y firma y rubrica este asiento el cura párroco Estanislao Bohorquez.
1872
EXPEDIENTE PARA LA EXCLUSIÓN DE CRISTÓBAL SENRA MORALES DEL CUMPLIMIENTO DEL SERVICIO MILITAR
Transcribimos el expediente que figura a la izquierda:
[recto]
Al margen:
Santiago
Núm. 58
TALLA: 1 metro 730 milímetros
NACIÓ: Día 13 de febrero de 1852
EDAD EN 30 DE ABRIL DE 1872: 20 años 2 meses y 17 días
Texto:
DON Cristobal Senra Morales, de Francisco y de Dolores = Santiago, 33 = […] = Tallado por los sarjentos nombrados por la plaza en presencia de don Marcelino Rus Teniente […] Alferez del Batallón de Infantería de Asturias, tuvo un metro setecientos treinta milímetros. Alega ser hijo de viuda pobre a quien mantiene con el producto de su trabajo personal pues aunque tiene otros hermanos uno se halla casado y el otro es menor de diez y siete años. No presentando documento alguno que compruebe la alegación expuesta el Ayuntamiento le concedió de plazo hasta el día seis del proximo Diciembre para verificarlo.
Firmado: Juan Cruz
Diciembre 5 = Presentó la partida de defuncion de su padre Francisco Senrra expedida por el Sr. Cura de la Parroquia de San Isidoro de esta Ciudad por la cual acredita
[vuelto]
que su referido padre falleció en ocho de octubre de mil ochocientos sesenta. Presenta asimismo las partidas de casamiento de su hermano Jose y nacimiento de su otro hermano Baldomero por las cuales acredita que el primero contrajo matrimonio en veinte y seis de Diciembre de mil ochocientos setenta y el segundo que nacio en primero de Diciembre de mil ochocientos cincuenta y cinco quedando pendiente de la justificacion de los demas extremos.
Firmado: Gómez
Diciembre 6 = El Sr. Cura y Alcalde de Barrio de la parroquia de Santiago exponen que conocen a este mozo que mantiene a su madre viuda y pobre asi como que no tiene mas que dos hermanos uno casado y otro menor de diez ysiete años. El Ayuntamiento en su vista y de acuerdo con el parecer del Sr. Síndico lo declara excluido como comprendido en los casos 2º y 1º de los artículos 76 y 77 de la Ley vijente de remplazos.
Firmado: Lucio Delgado, Miguel Chavalera y Agustín Romero
En el CENSO GENERAL DE LA POBLACIÓN DE SEVILLA, de agosto de 1875, aparece en la parroquia de San Román, calle Fernández de Castro número 13:
Cristóbal Senra y Morales casado con Ana María Hernández y Albero, bautizado en la parroquia de El Salvador de Sevilla, de 23 años de edad, de estado casado, de profesión Zapatero, hijo de Francisco y Dolores, censado en la formación del último censo en la parroquia de Santiago de Sevilla. Servicio militar: “Se libró por ser casado en la reserva de 125.000 hombres por la parroquia de San Román”. Sabe leer y escribir.
Hijo: Manuel, bautizado en San Román, de un año de edad, hijo de Cristóbal y Ana María.
En el lugar correspondiente a la firma del cabeza de familia está “Cristoba Senrra”, rubricado.
La firma del agente censal es S. de Tejada.
Documento con la fecha impresa de 20 de agosto de 1875.
En la vuelta del impreso figura: Ana María Hernández y Albero muger de Cristóbal Senra y Morales. Nacida en Sevilla, de 21 años, casada. Ocupación: Su casa, hija de Miguel y Dolores. Sabe leer y escribir.
También en el CENSO GENERAL DE LA POBLACIÓN DE SEVILLA, de agosto de 1875, aparece en el Distrito municipal de San Román, Barrio de Santiago, Parroquia de Santiago, Calle Santiago, número 33:
Jefe de Familia: no esitte. Francisco Senrra Almansa / Dolores Morales Cueto. Padres Jose Ana. (el resto de columnas sin datos).
Debajo, en la misma columna, hijos: Baldomero Senrra Morales. Natural de Sevilla, bautizado en la parroquia de S.n Nicolas, de 28 años de edad, de estado soltero, de profesión sapatero, hijo de Francisco y Dolores, censado en la formación del último censo en la parroquia de Santiago de Sevilla. Servicio militar: “quedo Libre de el serbicio por hijo de Biuda octubo el n.o 142 año de 1875 en S.n tiago”.Vecindad anterior Sevilla. La columna instrucción está vacía.
Hijo: Manuel, bautizado en San Román, de un año de edad, hijo de Cristóbal y Ana María.
En el lugar correspondiente a la firma del cabeza de familia está: Baldomero Senrra Morales, sin rúbrica.
Documento con la fecha impresa de 20 de agosto de 1875.
En la vuelta del impreso figura en la Columna Cabeza de familia: Dolores Morales Cueto con Fra.co Senrra Almansa. Natural de Sevilla, de 50 años de edad, estado Biuda, ocupación su casa, padres Antonio Juana, no sabe leer ni escribir, anterior residencia Sevilla.
En la misma columna, debajo, en el apartado de hijos, parientes y criadas: Francisca Morales Cueto. Nacido en Sevilla, de 4 [sic] años de edad, estado Casada, ocupación su casa, padres Antonio Juana, no sabe leer ni escribir, anterior residencia Sevilla.
1883
Fallecimiento de Cristóbal Senra Morales.
El trágico suceso ocurrido el sábado día 21 de abril de 1883 en el Café Suizo de Sevilla.
Cristóbal falleció el sábado 21 de abril de 1883 de forma fortuita como consecuencia de una discusión de aficionados a los toros en el Café Suizo de Sevilla.
Café Teatro Suizo
Estuvo en la calle Sierpes, 27 y 29, desde 1860 a 1899.
Fue más conocido como salón de cine aunque también ofrecía espectáculos de flamenco en directo. Tenía salidas por las calles Cuna y Limones. Ese edificio se convirtió después en el conocido Teatro Imperial. Tuvo mucha repercusión en el flamenco, pero en Sevilla pasó sobre todo a la historia porque fue el primer lugar en ofrecer una sesión de cinematógrafo, concretamente el 17 de septiembre de 1896. En el apartado jondo destacaron el maestro Pericet y Las Coquineras.
De este lamentable hecho se hizo eco la prensa local y nacional.
Reproducimos y transcribimos las crónicas de LA ANDALUCÍA, en su edición de Sevilla del martes día 24 y del BOLETÍN DE LOTERÍAS Y DE TOROS de su edición en Madrid del lunes día 30 del mismo mes y año.
Transcripción de la crónica de LA ANDALUCÍA
CRÓNICA DE SEVILLA
EL CRIMEN DEL CAFÉ SUIZO.
En el Café Suizo ocurrió un terrible crimen el sábado por la noche. Un hombre, desbravador de caballos, llamado Senra, fué muerto de un tiro de rewolvers por Manuel Rívas y Baena.
Hé aquí los detalles de este sangriento drama que no hay palabras con que calificar.
En el citado establecimiento acostumbran reunirse por las noches el matador de toros José Campos (Cara-ancha,) su cuadrilla y otras personas, entre las cuales figuran varios ganaderos muy conocidos en esta capital y algunos aficionados al toreo. En dicha noche se encontraban además, ocupando las mesas de la referida reunion, un rico propietario portugués y el célebre aereonauta capitan Martínez que ocupaba el asiento inmediato al del banderillero conocido por el Barbi.
A las diez de la noche se presentó en la reunion José Rivas, hermano del autor del crimen perpetrado momentos despues, y, segun la version autorizada de que nos hacemos eco, dirigió graves insultos á varias de las personas que allí se encontraban, principalmente al diestro Cara-ancha, el cual segun aseguran cuantas personas presenciaron lo ocurrido, trató de persuadir al Rivas para que se retirara del local y no diera lugar á que subiera de punto el escándalo que ya se habia promovido, al mismo tiempo que se esforzaba para convencerlo de la imprudencia y temeridad de que estaba dando inequívocas pruebas, tanto más cuanto que ningún resentimiento personal ni cuestión alguna tenia con los allí reunidos. El Rivas insistió en su actitud; y pasando los interlocutores de las palabras á vias de hecho, recibió aquel un fuerte golpe, que, al verse agredido y en su propia defensa, le asestó Cara-ancha con un bastón, sacando entonces el Rivas un estoque. Las personas que mediaron en la cuestion, lograron llevarse á aquel á la calle, terminando así esta primera parte del suceso. Escusado es decir el alboroto y el escándalo á que dió lugar esta escena en un café donde asiste de ordinario una concurrencia numerosísima.
Breves momentos despues, y cuando habian acudido al Suizo algunos agentes de la autoridad y el Inspector señor Mancebo, los cuales se apostaron en las puertas del establecimiento con objeto de Impedir que volviera á reproducirse el escándalo si el Rivas volvia al café, penetró en él por la puerta de la calle de la Cuna el Manuel Rivas, el cual acababa de enterarse de lo sucedido. Al ser visto por el señor Mancebo, éste se arrojó sobre él con intento de sujetarlo, encontrándose ya cerca del sitio que ocupa la referida reunion. El Rivas, no obstante llevarlo sujeto, por los brazos el señor Mancebo, disparó un rewolvers que blandia en la mano y con el cual habia entrado, llevándolo montado. El proyectil fué á clavarse en la sien derecha del infeliz Senra, el cual era estraño á lo ocurrido, y se hallaba tomando café con un amigo suyo, tratando, segun hemos oido decir, de la venta de un caballo. El matador, según declaró mas tarde, ni aun siquiera conocía al desgraciado Senra, víctima de un hecho que no tiene nombre y que rechaza y anatematiza la conciencia de cuantas personas han llegado á saberlo.
El agresor quedó preso en el acto, siendo conducido al Gobierno civil y de allí á la cárcel, donde se encuentra á disposición de los tribunales. El Senra fué trasladado con mny pocas esperanzas de vida á la casa de socorro de la plaza de la Constitucion, donde le prodigaron los auxilios de la ciencia, con solicitud digna de encomio, el ilustrado facultativo señor Tuñon y el jóven profesor señor Sanchez Pizjuan.
A dicha dependencia acudieron á los breves instantes el juez de guardia señor Sanchez Pizjuan, el escribano señor Lastruchi, otros funcionarios de la judicatura, los concejales señores Cano y Cueto y Montalvan y otras autoridades, asi como un número extraordinario de personas que se interesaban por el estado del infeliz herido, el cual falleció á las breves horas.
El juzgado comenzó en el acto á instruir, con actividad y celo laudables, las diligensias oportunas, siendo las primeras declaraciones que constan en el sumario las que prestaron el señor Mancebo y el sargento de vigilantes Pardo, que habia acompañado en el Suizo á su jefe inmediato.
El juzgado se trasladó despues á la cárcel á tomar declaración al procesado. A éste, en el acto de ser preso, le fué ocapado además del revólvers, un enorme cuchillo y un baston. El encontrarse sub judice el asunto, nos impide entrar en otros detalles, que hemos oido, referentes á haber negado el Rivas que hubiese entrado en el café con arma alguna de fuego y ménos que hubiese hecho ningun disparo.
El Rivas es natural de Sevilla; tiene veinte y siete años; está casado y es padre de tres hijos; el mayor es una niña de cuatro años y medio. Es dueño de dos establecimientos de bebidas situados en la calle de Rivero y de la Plata respectivamente. El muerto, segun hemos oido decir, deja sumida en la horfandad una numerosa familia, de la cual era el único sosten.
Cuando aquél se presentó en el Café no se encontraban yá en el establecimiento Cara ancha ni varias de las personas que le acompañaban momentos antes. Renunciamos á describir, por no ser posible hacerlo con exactitud, la espantosa confusión que se promovió en el Suizo, cuyo establecimiento a la sazon de cometerse el crimen estaba ocupado por una numerosa concurrencia.
Lamentamos hondamente que haya que registrar en Sevilla este nuevo crimen que pugna con la cultura y la honradez de nuestro pueblo.
Transcripción de la crónica del Boletín de Loterías y de Toros
Las exageraciones de varios partidarios de diferentes escuelas tauromáquicas, ó para hablar más propiamente, de diferentes matadores de toros, han dado lugar en Sevilla á un crimen que pugna con la cultura y honradez de aquella ciudad. Hé aquí cómo nos relata lo sucedido un amigo que tenemos en dicha capital:
«Hace noches hubo en uno de los salones donde se canta flamenco un fuerte altercado entre Manuel Rivas y un íntimo amigo de Cara-ancha. El escándalo fué mayúsculo; pero aunque salieron á relucir las armas, no ocurrió afortunadamente ninguna desgracia. Pocos dias despues, el sábado 21 del actual, se hallaban, como de costumbre, en el café Suizo el matador de toros José Campos Cara ancha, su cuadrilla y otras personas, entre las cuales figuran varios ganaderos muy conocidos en esta capital y algunos aficionados al toreo. En dicha noche se encontraban además, ocupando las mesas de la referida reunion, un rico propietario portugués y el célebre aeronauta capitan Martinez, que ocupaba el asiento inmediato al del banderillero conocido por el Barbi.
»A las diez de la noche se presentó en la reunión José Rivas, hermano del autor del crimen perpetrado momentos despues, y, segun la version autorizada de que nos hacemos eco, dirigió graves insultos á varias de las personas que allí se encontraban, principalmente al diestro Cara- ancha, el cual, segun aseguran cuantas personas presenciaron lo ocurrido, trató de persuadir al Rivas para que se retirara del local y no diera lugar á que subiera de punto el escándalo que ya se había promovido, al mismo tiempo que se esforzaba para convencerlo de la imprudencia y temeridad de que estaba dando inequívocas pruebas, tanto más cuanto que ningún resentimiento personal ni cuestion alguna tenia con los allí reunidos. El Rivas insistió en su actitud; y pasando los interlocutores de las palabras á vías de hecho, recibió aquel un fuerte golpe, que, al verse agredido y en su propia defensa, le asestó Cara-ancha con , un baston, sacando entonces el Rivas un estoque. Las personas que mediaron en la cuestión, lograron llevarse á aquel á la calle, terminando asi esta primera parte del suceso. Escusado es decir el alboroto y el escándalo á que dió lugar esta escena en un café donde asiste de ordinario una concurrencia numerosísima.
»Breves momentos después, y cuando habían acudido al Suizo algunos agentes de la autoridad y el inspector señor Mancebo, los cuales se apostaron en las puertas del establecimiento con objeto de impedir que volviera á reproducirse el escándalo si el Rivas volvía al café, penetró en él por la puerta de la calle de la Cuna el Manuel Rivas, el cual acababa de enterarse de lo sucedido. Al ser visto por el Sr. Mancebo, éste se arrojó Sobre él con intento de sujetarlo, encontrándose ya cerca del sitio que ocupaba la referida reunión. El Rivas, no obstante llevarlo sujeto, por los brazos el Sr. Mancebo, disparó un revolver que blandía en la mano y con el cual había entrado, llevándolo montado. El proyectil fué á clavarse en la sien derecha del infeliz Senra, el cual era extraño á lo ocurrido, y se hallaba tomando café con un amigo suyo, tratando, según hemos oido decir, de la venta de un caballo.
El Rivas es natural de Sevilla; tiene veinte y siete años; está casado y es padre de tres hijos; el mayor es una niña de cuatro años y medio. Es dueño de dos establecimientos de bebidas situados en la calle de Rivero y de la Plata respectivamente, y es compadre de los diestros Fernando Gomez (El Gallo) y Currito. Al reo en el acto de ser preso, le fué ocupado, además del revólver, un enorme cuchillo y un baston.
El muerto, según hemos oido decir, deja sumida en la orfandad una numerosa familia, de la cual era el único sostén.
Para enterrarle tuvieron varios amigos del finado que implorar la caridad pública en el café Suizo y en otros establecimientos.
Este hecho ha causado gran indignación en todas las personas honradas. A eso conducen esas rencillas y esa efervescencia que se nota, sobre todo, en esta capital de Andalucía, nacidas por el apasionamiento de los aficionados á tauromaquia.