Entrevista Boletín El Muñidor

En la festividad de El Corpus de 2015, la Hdad. de la Sagrada Mortaja publicó en El Muñidor, su Revista formativa y cultural, una entrevista que me realizó Álvaro Ochoa Guerrero.

LA ENTREVISTA: D. ENRIQUE (1) SENRA

Francisco Senra, aparejador de profesión, nos recibió en su casa de la Alfalfa para hablar de su etapa como cantor y fagotista de la Mortaja, a la que lleva vinculado desde 1965.

Para empezar, ¿qué relación tienes actualmente con la Sagrada Mortaja?

Ha disminuido. En 2013 tuve un ictus y dejé de salir tocando el fagot. Empecé a salir con la Hermandad en 1965. Primero cantando hasta que hacia 1983 (2) empecé a tocar el fagot en capilla musical de forma ininterrumpida hasta 1991. Luego en 2003 volví y estuve diez años.

Y, ¿por qué la Mortaja?

No es cuestión de devoción. De pronto te dicen que si quieres tocar el fagot en la Mortaja y dices que sí. Otra cosa son los vínculos emocionales que se van creando conforme van pasando los años.

Y, ¿cómo elegiste el fagot instrumento?

Yo empecé a estudiar música muy tarde porque no estaba bien visto estudiar música cuando era joven. Y cuando acabé mis estudios, comencé por el piano, pero me estaba costando mucho trabajo. Entonces quise elegir un instrumento de viento. Como tenía afición por la Semana Santa y por la música de capilla, me decanté por ese camino.

El oboe no es fácil y necesita una presión especial y, en ese momento, había muchos clarinetes. Por ello, elegí el fagot, ya que no había muchos fagotes en ese momento. Aunque no había profesores de fagot en aquella época y empezó a darme clases un catedrático de oboe.

Pasamos a la actualidad, ¿cómo ha evolucionado la música de capilla en la Semana Santa?

Tremenda. Este año he visto que había una capilla con un uniforme especial para diferenciarse del resto. Hoy en día, das una patada y salen muchas capillas. La competencia es muy alta y los precios se abaratan

Y, ¿qué importancia crees que tiene la música de capilla en la Semana Santa?

Igual que siempre. Muy pocas hermandades le dan importancia a la música, salvo llevar legiones de músicos tras el Cristo. Los archivos musicales de las hermandades no están en consideración como, por ejemplo, el libro de reglas. Normalmente, se han perdido o prestado a personas y no se han guardado y cuidado.

La música de capilla comenzó como ministriles acompañando a voces, pero eso es más eclesiástico y las hermandades no son eclesiásticas, sino agrupaciones de seglares. Es muy difícil que haya un experto musical en la hermandad. Como mucho, puede haber un experto en marchas de palio o agrupaciones. Incluso algunas hermandades tienen el puesto de diputados de bandas. Pero, en ningún caso, especializado en música de capilla.

Yo he llegado a conocer en la Mortaja la música de capilla junto a la cruz de guía y al muñidor.

Las hermandades se rigen mucho por la tradición y lo habitual es mantener lo que se viene haciendo.

Hablamos de nuestra Hermandad, ¿qué importancia crees que le da a la música?

Ha prestado especial atención al ritual musical en la cofradía. Lo que hizo en 1965 fue rompedor en la Semana Santa. Un grupo de señores cantando a voz sin acompañamiento musical para dar ese carácter más penitencial. El hecho de haber incorporado a la escolanía, la música en algunos cultos y otros elementos hacen que la Mortaja sea una de las pocas hermandades que tiene una preocupación consciente del valor de la música y lo que puede aportar a la estación de penitencia.

En cuanto a la Semana Santa en general, ¿cómo ves al público cofrade actualmente?

Lo más llamativo es la masificación y la moda de ver cofradías que surgió en los años 70. Hace muchos años que no veo cofradías. Sólo salgo en busca de la Amargura la noche del Domingo de Ramos o la entrada de El Amor. No tengo edad para aguantar, por ejemplo, hora y media para ver pasar la Estrella por Reyes Católicos.

Profundizando en el plano personal, ¿echas de menos salir con tu fagot en las cofradías?

Echo de menos tener 40 años. Hoy en día, he superado el echar de menos al reconocimiento de mis incapacidades. Uno se va cansando más y tengo averías en el organismo que hace que mi cansancio sea superior al de una persona normal de 67 años. Mi recuerdo va unido a la edad que tenía.

Aunque el año que viene lo voy a intentar, ya que voy a ir a un gimnasio para prepararme.

Y por último, ¿con qué te quedas de todos estos años de relación con la Semana Santa?

Fundamentalmente la gente que he conocido. El factor humano siempre es lo más importante.

 

(1) La errata es manifiesta, aunque le tenga mucho cariño al nombre de Enrique pues lo llevaron mi padre y el suyo.
(2) Posteriormente recordé que mi primera salida como fagotista fue en el año 1980.

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